Motor del desarrollo nacional con rostro humano

Energía
Foro polariza debate sobre biocombustibles
Tamaño de la letra
20/05/2008

En dos décadas de estudios, Brasil logró ampliar la producción de biocombustibles de tres a siete metros cúbicos por hectárea. El programa nació en 1975, de una elección de riesgo del gobierno, cuando el petróleo estaba cada vez más en alta y las fuentes alternativas de energías estaban solamente en el campo de la teoría y de la desconfianza. Hoy, la realidad es otra. El país detiene tecnología de punta en el área, despertando el interés de naciones por todo el mundo. Ha causado, sin embargo, temor a los EE.UU. y a los países del continente europeo, con aparente recelo de perder la hegemonía en el mercado mundial de combustibles.

 

La producción de biocombustible brasileño polarizó opiniones en el debate “Conexiones entre Cambio Climático, Seguridad Energética y Energía Renovable”, promovido este lunes por la tarde, en el Foro Global de Energías Renovables, en Foz do Iguaçu. De un lado, la lucha por la expansión de la tecnología al resto del planeta. Del otro, dudas referentes a los posibles impactos ambientales generados por la producción de los biocombustibles, la relación con la subida de los precios de los alimentos y la necesidad de perfeccionamiento de las técnicas aplicadas actualmente.

 

José Domingos Gonzáles, secretario ejecutivo de la Comisión Interministerial sobre Cambios Climáticos en Brasil, considera el programa estratégico para la autosuficiencia de la matriz energética del país y para la expansión comercial de las naciones en fase de desarrollo. “Los biocombustibles aparecen como verdaderas oportunidades comerciales, dentro de una nueva industria en el mercado mundial”, destacó.

 

Para Gonzáles, los biocombustibles forman parte de la solución y no son un problema, como los EE.UU. y la comunidad europea están lanzando en todos los medios de comunicación. “Ellos (biocombustibles) surgen como una pequeña solución dentro de un grupo de soluciones de energías renovables, del que estamos estudiando las técnicas”, resaltó.

 

El africano Stephen Kartezi, director de la Red de Investigación de Política Energética Africana, apuesta en el programa brasileño. El especialista cree que Brasil acertó al invertir en esta tecnología. “Brasil tuvo una visión a largo plazo y encontró la clave para el éxito. Creo que los países africanos y de otros continentes deben actuar de la misma manera”, dijo.

 

Kartezi cree también que África (continente) no debe atender nuevamente a los intereses de los europeos referentes a los biocombustibles. Es decir, los africanos deben permanecer atentos y en estado de alerta para una posible ‘invasión’ europea, con el intuito de, una vez más, colonizar las tierras, a fin de ocupar áreas para el plantío de biocombustibles, etanol y otros derivados de fuentes renovables de energía. “África debe aprender con Brasil. Primero, debemos conocer las técnicas y atender a nuestro mercado interno, para después pasar al proceso de expansión”, evaluó.

 

Katja Lautar, secretaria de Estado de la República Eslovaca para la Unión Europea, teme la cultura de los biocombustibles. “Debe haber primero una gran discusión para que determinemos estándares mínimos de productos renovables”, dijo.

 

Además de eso, la especialista cree que es importante que se hagan nuevos estudios sobre los impactos ambientales teóricamente causados por las fuentes de energía alternativas. “Tal vez ustedes (brasileños) estén intentando convencernos de que no hay impacto ambiental en la producción de alimentos. Pero estamos viviendo dificultades en el precio de los alimentos, resultantes de la escasez de granos, causada por las tierras ocupadas por el plantío de componentes de los biocombustibles”, resaltó.

 

Katja evalúa, sin embargo, que la transmisión del problema europeo para el continente africano no es la solución adecuada. “No existe solución en este caso. Tenemos, sí, que rever los estudios sobre el tema, pues sabemos que el futuro pertenece al verde, a la ola verde de negocios. Pero debemos promover una legislación apropiada para el asunto”, destacó.

 

El español Jaume Margarit, que representa el Instituto para Diversificación y Economía de Energía, defiende el perfeccionamiento de la tecnología de los biocombustibles y la diversificación de la matriz energética, con base en fuentes alternativas de energía. “Brasil tiene un gran potencial, pero necesita obtener energía con eficiencia, independiente de la fuente retirada”, declaró.

 

Además de las técnicas, el país, según él, debe perfeccionar el sistema legislativo ambiental. “Brasil debe mantener una relación fuerte con las energías renovables a través de reglamentaciones adecuadas y de tecnologías específicas. Nosotros, de España, nos ponemos a disposición para acompañar todo ese proceso y para aprender junto con los brasileños”, destacó.