Motor del desarrollo nacional con rostro humano

Institucional
Agua, al alcance de la mano
Tamaño de la letra
05/05/2016

Tener agua potable las 24 horas es lo más normal para cualquier ciudad del país, sin embargo, en Carayaó, transcurrieron más de 240 años, para que la población cuente con el vital líquido al alcance de la mano. Publicamos algunas historias del sacrificio que reflejan la importancia de cuidar este recurso natural.

El martes pasado, el presidente de la República, Horacio Cartes, inauguró el Sistema de Abastecimiento de Agua Potable para la ciudad de Carayaó. Esta obra fue ejecutada y financiada por la ITAIPU Binacional y se benefició a más de 5.000 habitantes.

Carayaó tenía la triste historia de no contar con agua potable desde hace más de 240 años, tampoco podían tener pozos, porque el agua subterránea es salada. Fue así que, por siglos, padecieron de la carencia del derecho básico de contar con agua potable.

Desde hace un par de mes, ya se escucha el sonido del agua en las canillas de cada familia del distrito de Carayaó, y se ven rostros sonrientes de los pobladores, que ya no pasan sus días en vigilia por el agua que cae del cielo o caminando kilómetros para “acarrearla”.

Amelia Cabrera tiene 72 años de edad. Casi toda su vida caminó kilómetros llevando balde sobre su cabeza, y otro sujetado con la mano,- como una malabarista- para rebuscarse por agua dulce.

Mañana y tarde era la misma rutina

Amelia Cabrera.

La historia de doña Amelia es similar a muchas familias que viven en Carayaó, distrito del departamento de Caaguazú, donde la falta de agua dulce data desde su fundación misma, el año 1785. Pasaron varios gobiernos, pasaron varias promesas y recién ahora los pobladores cuentan con el servicio básico indispensable: agua potable.

Cuando surgió la noticia de que el presidente de la República, Horacio Cartes, encomendó a la ITAIPU Binacional, lado paraguayo, la construcción del Sistema de Abastecimiento de Agua Potable, los pobladores de Carayaó se mostraron desconfiados.

Así lo afirma doña Amelia. “Cuando nos dijeron que la ITAIPU iba a traernos el agua, nda roviai (no creí)” dijo la pobladora, que vive frente mismo al Sistema de Abastecimiento, pero luego, cuando vio llegar las maquinarias, a construirse los tanques y todo lo que hace a un sistema de abastecimiento, hubo esperanza.

“Nosotros tenemos pozo, pero el agua sale salada. Ni para lavar la ropa servía”, contó doña Amelia, cuyo rostro se le ilumina por el simple hecho de abrir la canilla y que salga agua limpia y bebible.

En carretilla

Antolín Benítez.

Don Antolín Benítez caminaba más de tres kilómetros para acarrear agua, desde un arroyo próximo. El traía varios baldes de agua, usando una carretilla. “Mucho sufrimos en Carayaó, por la falta de agua. Ahora recién sabemos lo que significa abrir la canilla y tener agua a mano”, expresó don Antolín.

El entrevistado, que vive en una zona humilde, comentó que en su casa no tenían luz, ni agua. Luz por el alto costo de bajar la electricidad hasta su casa y agua porque Carayaó nunca tuvo agua dulce en su zona, hasta que el Gobierno Nacional, a través de la ITAIPU, hizo posible que cada familia tenga acceso al agua potable.

Testigo de 2 hechos históricos

Teresa Oviedo.

Teresa Oviedo tiene 79 años de edad y toda su vida vivió en Carayaó. “No pueden ni imaginarse lo que sufrimos por falta de agua. Mi mamá decía que se iba a deformar toda nuestra cabeza por la cantidad de veces que traíamos cántaros y baldes cargados. Y ahora, antes que me vaya de esta tierra, se cumple este deseo que tuvimos de tener agua potable en nuestras casas”, expresó emocionada la pobladora.

Doña Teresa comentó que llegó a trabajar para el proyecto de la ITAIPU, organizando el archivo del grupo consultor Alto Paraná, en Asunción. “Estuve por Ciudad del Este, durante la construcción de la represa; vi cómo se desvió el río Paraná, también la explosión del muro. Felizmente tuve la suerte de ver construir la ITAIPU y de ver que mi querida ciudad, por fin, tiene agua potable”, concluyó.