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Responsabilidad Social
Comisión Gestora del proyecto Software Libre recibe informes de instituciones beneficiadas
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03/10/2011

A un año de inicio de la Campaña de promoción del Software Libre dentro de Itaipu, ya que logró captar un apreciable aporte económico, como producto de la migración de los empleados y empleadas del software propietario al software libre. Este aporte se destina a instituciones de beneficencia de Asunción y Ciudad del Este.

“El 21 de septiembre se cumplió un año del inicio de la campaña “Soy Libre, Soy Solidario”. La campaña comenzó con la firma del director General con la determinación N° 35 del 2010, donde se instaba a los compañeros de trabajo a optar por el software libre y a usar un standard llamado odf. La estrategia consistió que –el empleado- al optar por el software libre, el monto del costo que demandaba más compra de software  o de la actualización, se destinase a una institución caritativa”, describió Hugo Díaz Lavigne, superintendente de Informática de la Itaipu.

Según Díaz, son ocho las instituciones beneficiadas, de las cuales tres pertenecen al ámbito nacional y las cinco restantes, están ubicadas en el área de influencia de Itaipu. “Empezamos con tres instituciones y hoy son ocho. Después de un año, el 14% de las microcomputadoras de Itaipu, que corresponden a 280 equipos, han migrado a una plataforma de software libre. Del total de 1946 equipos, 280 ya están adheridos a la campaña. El auge que ha tenido dicha situación de adhesión se comportó de manera sostenida”, indicó.

“Hay dos elementos importantísimos a destacar: en primer lugar, estamos garantizando que el compañero de trabajo pueda proseguir sus trabajos de manera normal, ya que le proporcionamos una herramienta de software libre similar al que tenía. Por otro lado, gracias a su opción, alguna institución será beneficiada. Así, el empleado puede optar por realizar un contrato de uno, dos o tres. Los que están muy seguros, pueden optar por cinco años de compromiso con el uso del software libre”, explicó Díaz.

Aclaro además, que si el usuario quiere volver a otro software,  es cuestión simplemente de hacer un contrato por un año. De todos modos, la empresa ya dejó de pagar el costo de mantenimiento de ese software por un año, destinando dicha suma para la ayuda solidaria.

Como evaluación de la campaña, Díaz manifestó que la misma posibilita la creación de un ambiente de debate en donde la gente pueda observar si es posible o no el cambio.

“Nosotros tenemos que convencer de que es posible hacer ese cambio y de que el usuario perciba que podrá hacer su trabajo como lo hacía anteriormente. Nos cuesta entrar en el debate. A veces recibimos comentarios donde algunos empleados solicitan que la misma empresa defina el uso del software sin recurrir a la consulta. Esta sería una decisión autoritaria. Nosotros creemos que no es necesario. Creemos que es imprescindible el debate y además nosotros estamos abogando por el cambio a través del uso de la razón”, sostuvo.

A modo de ejemplo sobre el impacto que tiene el aporte solidario que hace un empleado al dejar el software propietario, Díaz expresó que “nosotros calculamos con 80 dólares por equipo el costo de mantenimiento que se paga por año. De este modo, si tenemos 100 personas que aportaron en un año, se tiene 8.000 dólares, que deben ser distribuidos entre las ocho instituciones. Lo importante de esta cuestión es que Itaipu actúa como intermediario nomás y en realidad el que colabora es el empleado. Así, al enviar un niño una carta al empleado, este gesto hace que uno quiera seguir colaborando con la causa”, profundizó.

El retorno a través de un informe o una cartita elaborada por un niño, crea una actitud especial en el empleado, ya que se siente valorizado y motivado para seguir apoyando.

“Estuvimos trabajando con las instituciones para que hagan que los compañeros quieran seguir aportando. No es una cosa que tirás allí o que te descuentan del sueldo y vos no sabés el destino de tu aporte. Acá tenés niños y jóvenes que están estudiando, tenés casas que se dedican a adultos mayores y nosotros damos nuestro grano de arena”, afirmó.

Finalmente, Díaz instó a los compañeros de trabajo para que tomen conocimiento del proyecto y se interesen más. “Probablemente una decisión de ayudar puede traer mucha satisfacción. Esta es una oportunidad que da la empresa para que el empleado pueda optar en realizar el aporte solidario”.

“Cambiar la cultura”

Para José Cabrera, miembro del equipo impulsor de software libre, en este momento de la campaña se está recogiendo los frutos. “Queremos llegar a la conciencia del empleado. Aquí se trata de cambiar la cultura, que no es solamente un cambio tecnológico, en utilizar una herramienta u otra. Es sobre todo, la búsqueda de llegar a impactar a una realidad social, como es el caso de los niños”, subrayó.

Este tipo de aporte solidario, trae como consecuencia la humanización del empleado ya que con su apoyo voluntario se está logrando  que niños y niñas “tengan mejor educación y calidad de vida. Estamos recolectando los frutos de esa donación. Ahora estamos teniendo las retribuciones. Nuestros ahijados nos cuentan en qué se invirtió el aporte, en qué les ha servido”, comenta.

La elaboración y envío de una cartita facilita el conocimiento de las actividades realizadas por el ahijado, por un lado, y prepara el camino  en  caso de un encuentro real con el mismo, según Cabrera.

“Queremos ir presentándoles más informes en la medida que vayan llegando. Creemos que con las acciones que estamos promoviendo, iremos propiciando el cambio de cultura, diciéndoles que podemos utilizar mejor las inversiones que la entidad tenía preparada para nuestros equipos migrando al software libre. La idea es que la opción de los empleados por el software libre, pueda llegar a afectar a nuestra realidad, evitando que “ese dinero salga de nuestro país, beneficiando más bien a empresas extranjeras”, afirmó.

Informes
 

Varias instituciones que recibieron el aporte solidario de los empleados de Itaipu, remitieron sus informes de gestión, asi como datos contables-administrativos: Hogar Niño Feliz, Fundación Santo Domingo, Centro Comunitario Niñito Jesús de la Aldea SOS.
  

La Fundación Educacional y Desarrollo Social, Santo Domingo, Alto Paraná, resalta en su informe que el monto asignado por Itaipu “fue destinado exclusivamente para el pago de cuotas tanto del hogar como el de la escuela, a la vez para proveerles de vestimentas adecuadas y útiles escolares necesarios para su buen desempeño escolar”
 

 

El Hogar Abrigo Niño Feliz del Barrio San Miguel de Ciudad del Este, informa que su programa apunta “a brindar abrigo a niños abandonados por sus padres y derivados por la fiscalía por causas varias, así como también niños huérfanos y de extrema pobreza. Asistiéndolos íntegramente en las áreas de educación, alimentación, salud, protección, estimulándolos prematuramente y viablemente a ser miembros útiles para la sociedad”.
      

Datos de otras instituciones beneficiadas,  serán publicados en otras notas.

Para más información
  
  
Recurrir a http://softwarelibre.itaipu/drupal/es