El área ambiental de ITAIPU concluyó con resultados auspiciosos la primera etapa de restauración de bosques en la Reserva Natural Tatí Yupí, en Hernandarias. Las parcelas abarcan una superficie de 138 hectáreas. A tres años desde el inicio de los trabajos se han introducido alrededor de 250.000 plantines forestales y frutales de especies nativas en un espacio equivalente a más de 250 campos de fútbol.

El terreno reforestado forma parte de la franja de protección del embalse de la Central Hidroeléctrica. Desde la División de Acción Ambiental de la Entidad explicaron que, anteriormente, el lugar estaba infestado con especies de gramíneas exóticas muy agresivas, como la brachiaria (Urochloa brizantha) y el pasto colonial (Megathyrsus maximus). La presencia de estas plantas representaba un riesgo constante para la propagación de incendios forestales, debido a la alta biomasa seca que generaban en épocas de sequía.

En consecuencia, relataron que, a inicios del 2021 comenzaron los trabajos con la preparación del suelo, mediante la siega de las gramíneas y el subsolado del terreno para facilitar el desarrollo de las raíces de las especies forestales. En mayo de 2021 se completaron los trabajos de plantación de los ejemplares, incluyendo además la fertilización, a fin de crear las condiciones óptimas para su crecimiento.

Igualmente, los técnicos detallaron que la reforestación en el lugar fue acompañada por la siembra de abonos verdes, los cuales permitieron un recubrimiento más rápido de toda el área y disminuyeron la proliferación de plantas invasoras. De esta forma, se redujeron también los costos de mantenimiento de las parcelas y el uso de productos fitosanitarios.

Entre las especies introducidas en las parcelas se destacan las de cobertura como el molle’i, sangre de drago, ape yva, kamba aka, ka’a oveti, jukeri guasu, entre otros. Asimismo, entre las especies de diversidad se mencionan algunas como el tajy, timbó, peterevy, yvyra pyta, aratiku, guatambú, yvyra ovi.

ITAIPU continúa invirtiendo en la restauración de los bosques dentro de su franja de protección, fortaleciendo así el corredor de biodiversidad de más de 1.524 km de largo que conforman sus áreas protegidas. De esta forma, se promueve la conectividad de remanentes boscosos del Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAPA), el cual es un ecosistema altamente fragmentado en Paraguay.