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Medio Ambiente
La noble tarea de cuidar las áreas protegidas de Itaipu
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04/09/2013

Los operativos son realizados “por agua y por tierra” según el encargado de los trabajos de los guardabosques.

Conservar los recursos naturales del Área de Embalse de Itaipu para las futuras generaciones, es el principal objetivo de los guardias forestales de la entidad. La noble tarea, que se realiza desde los años 80 en la región, involucra a un grupo de veinte guardabosques altamente entrenados, que cumplen tareas a lo largo de los más de 1.500 kilómetros de Poligonal Envolvente del Lago de Itaipu.

Entre los trabajos que desempeñan los guardias de la Binacional se encuentran las de vigilancia, extinción de incendios, cumplimiento de la ley ambiental (proteger la zona de cazadores furtivos y la tala indiscriminada de árboles), respuesta ante emergencias e interpretación del patrimonio cultural.

“Pareciera que la gente ahí donde esta prohibido nomas quiere entrar”, reflexiona Carlos Bresanovich, encargado de la Guardia Forestal que sienta bases en los refugios biológicos Tatí Yupí, Itabó y Limoy. Durante una entrevista al DIE, este martes, Bresanovich recordó anécdotas y acontecimientos que marcaron el trabajo de los guardabosques a lo largo de estos años.

El decomiso de embarcaciones clandestinas es constante durante las actividades de la Guardia Forestal. También los campamentos improvisados son hallados con frecuencia.

“A veces nuestro trabajo se vuelve bastante peligroso, pero estamos preparados para afrontar los desafíos”, señaló, al tiempo de recordar los dos tipos de patrulla que se realiza diariamente, que son por agua (embarcación) y tierra (vehículos o a pie).

“Los cazadores furtivos son nuestros principales 'adversarios' por así llamarlos, ya que sus actividades son más constantes, la tala de árboles ubicamos en segundo lugar (en términos de prioridades), después está el tema de la pesca clandestina y otras actividades ilegales”, agregó Bresanovich recordando que en varias ocasiones tuvieron que enfrentarse a disparos de armas de fuego provenientes de los cazadores.

“Dentro de todo, logramos cumplir con nuestro trabajo, que es lo más importante. Tratamos de brindar seguridad, de proteger nuestro medio ambiente, nuestro principal objetivo, y creo que, como grupo y entre todos, cumplimos efectivamente nuestra misión”, añadió.

Carlos Bresanovich.

Una vez que se logra controlar la situación, los guardabosques proceden a elaborar un informe para su posterior derivación a la División de Área Protegidas (MARP. CE) de la entidad; ésta a su vez remite los pormenores del procedimiento a la Dirección Jurídica Ejecutiva de Itaipu, que se encarga de denunciar el caso ante las autoridades pertinentes.

La Guardia Forestal, propiamente dicha, fue adoptada por Itaipu en el año 1980, a través de una empresa contratista. Ya en 1986, el 90% de los funcionarios que cumplían esa labor pasaron a pertenecer al cuadro propio de la Binacional.

“La denominación varió con los años recibiendo otras denominaciones, como guardia forestal, pero adoptamos el nombre de guardabosques y nos quedamos con el porque nos identificamos mucho con esa denominación”, finalizó Carlos Bresanovich.