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Medio Ambiente
Proyectan crear nuevo refugio biológico
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14/03/2014

Técnicos de la División de Áreas Protegidas de la Itaipu Binacional, a partir de un minucioso estudio realizado, sostienen la necesidad de crear un nuevo refugio biológico, que se sumaría a los siete con que ya cuenta la entidad.

El resultado del monitoreo realizado revela que en el área comprendida en la zona del Puerto Marangatú, en la cuenca del río Pozuelo, existen las mayores condiciones y características necesarias para la creación del mismo, a los efectos de proteger la biodiversidad.

Esta área está ubicada en el distrito de Nueva Esperanza (departamento de Canindeyú), que es precisamente uno de los distritos del área de influencia en donde Itaipu no tiene presencia institucional. Esto desemboca en varios problemas, como la tala indiscriminada de árboles, la presencia de cazadores furtivos, la instalación de puertos clandestinos, entre otros. El área en referencia abarca unas 5.200 hectáreas, de las cuales 2.600 comprenden tierras firmes, el resto son áreas acuáticas y zonas inundables. Entre estos, se incluyen dos islas que totalizan unas 65 hectáreas.

Carlos Flores.

El área se encuentra entre dos reservas consolidadas de la Itaipu: la Reserva Natural de Carapa y la Reserva Ecológica de Limoy, lo que lo vuelve más estratégico aún. “Es muy importante para la biodiversidad que estas áreas naturales protegidas estén unidas por un corredor biológico”, manifestó el ingeniero Carlos Flores, Jefe de División de Áreas Protegidas.

Flores explicó que el resultado de la investigación realizada, acompañado del proyecto de creación del nuevo refugio, serán presentados ante el Directorio Ejecutivo de la Entidad, órgano que deberá tomar una decisión al respecto.

Bosque atlántico

Rubén Caballero.

El área que sería declarada como nuevo refugio está comprendida dentro del Bosque Atlántico del Alto Paraná, uno de los 25 ecosistemas del mundo, considerado más vulnerable, pero más importante por la alta biodiversidad, y la rápida pérdida de su hábitat. Actualmente, solo resta un 7% del territorio que originalmente comprendía dicho Bosque Atlántico.

“Además, aledañas a estas áreas están asentadas dos comunidades indígenas de la parcialidad Mbya Guaraní, y esperamos ser una respuesta válida para ellos en el desarrollo de sus comunidades, y que se sientan parte de este proyecto”, explicó el ingeniero Rubén Caballero, integrante del equipo técnico que realizó el estudio.

El profesional añadió que el área también servirá para realizar investigaciones científicas, como también para la recreación al aire libre.

Especies

Nelson Pérez.

Por su parte, el ingeniero Nelson Pérez, otro de los responsables del estudio técnico, resaltó la gran variedad de la fauna y flora existente en la zona mencionada. “Tenemos especies de vertebrados muy valiosos, especialmente en la zona de Pozuelo y Limoy. Por ejemplo, es uno de los últimos lugares donde tenemos todavía el Jaguar o yaguarete. Entre las aves tenemos algunas especies que están en peligro crítico de extinción; como también reptiles en estado de peligro”, mencionó.