Las larvas de Ñurundiá y Carimbatá son observados cuidadosamente por técnicos de la acción Piscicultura.

La Estación de Acuicultura de Itaipu continúa con los trabajos por el inicio de la temporada de reproducción de peces, en su sede situada en Hernandarias. Este jueves, el proceso de reproducción artificial alcanzó el estadio de desove de los peces Ñurundiá y Carimbatá. El proceso transcurre con éxito, según los especialistas.

“Habíamos hecho la extracción de los líquidos reproductores de los machos y hembras, y ahora estamos teniendo ya los productos fertilizados. Ya se formaron los huevos, estos huevos están eclosionando acorde a lo que estamos observando”, sostuvo Osvaldo Saucedo, responsable de la acción Piscicultura que tiene a su cargo este trabajo.

“Estos peces nacen en la incubadora y son alimentadas durante cuatro días, con un producto proteínico muy elevado. De acá se los lleva a los tanques de alevinaje, donde recibirán alimentos balanceados para luego ser sembrados en el embalse”, añadió.

Cabe destacar que los periodos de maduración sexual de estas especies se registran a principios de octubre, dependiendo de la situación climática, que debe ser preferentemente cálida, oscilando una temperatura de 26° a 30° estable del agua.

Osvaldo Saucedo.

La reproducción en la Estación de Acuicultura se está consiguiendo con una temperatura mínima de 23° agua, lo que representa todo un logro de los técnicos de la Binacional.

El éxito en las operaciones de reproducción inducida, está determinado por factores inherentes al pez así como por factores externos. Entre los primeros están, el estado nutritivo del reproductor y el estado de desarrollo gonadal, aspectos primarios que determinan la calidad de los productos sexuales. Entre los segundos están, el tipo de hormona necesaria, la dosis adecuada, los cuidados en el manejo de los reproductores a través del tratamiento hormonal.

El presente trabajo tiene por objeto efectuar una síntesis de las normas y procedimientos generales de la reproducción inducida de las especies reofílicas (migraciones reproductivas anuales), con la finalidad de orientar los operativos de producción de semilla de las especies de interés ambiental para el cultivo en las cuencas del embalse de Itaipu.