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Energía
Superintendencia de Obras Civiles
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14/10/2013
 

Al igual que las demás Superintendencias, la de Obras Civiles cumplió un papel preponderante para la concreción de la Línea de Transmisión de 500 kV. Estuvo ligada a la obra a partir de 2010, cuando se realizó la licitación -en mayo- para la construcción del terraplenado en la subestación de Villa Hayes.

La primera etapa significó el terraplenado de unas 30 hectáreas, que equivale a unos 1.200.000 m3 de suelo compactado, que sirvieron de plataforma para el montaje electromecánico.

Esta primera etapa estuvo fiscalizada y los servicios acompañados por el cuerpo de fiscales de la División de Obras Civiles, de la Superintendencia de Obras. En junio de 2010, arrancó la obra en sí y estuvo ejecutada por la empresa Benito Roggio, hasta aproximadamente los meses de septiembre y octubre de 2011, donde terminó la primera etapa. Paralelamente a ese periodo, fueron ejecutados los proyectos ejecutivos de la segunda etapa, que eran el montaje electromecánico y las fundaciones de las estructuras, como también los estudios previos para la licitación de la línea de 500 kV.

“Nuestra participación en la Supervisión de obras civiles se dio en dos etapas grandes: la primera, la construcción del terraplenado y desde el mes de diciembre de 2011, tras la terminación del terraplenado, pasamos a la supervisión de la línea”, explicó el ingeniero Luis Vellacich, de la Superintendencia de Obras (SO.DT).

Luis Vellacich.

Añadió que en cuanto a la fiscalización de la línea, a la Superintendencia le correspondió el acompañamiento en la topografía básica y la ejecución de las 759 bases que dan hoy soporte a todo lo que es la línea en sí. Paralelamente, según dijo, otro grupo de fiscales estaba presente en Villa Hayes acompañando las tareas de la ejecución de las bases y las fundaciones de las estructuras para el montaje electromecánico de la subestación.

En ese periodo, ITAIPU contrató la fiscalización externa del Consorcio Electromecánico Villa Hayes (CEVH), teniendo en cuenta las dimensiones de la obra y la reducida cantidad de personales directos con que contaba la entidad, que ya no daba abasto para cubrir la demanda de las obras. Este consorcio hacía la fiscalización directa de campo en el primer periodo de la línea.

“La función nuestra era como una supervisión externa en principio, y con el desarrollo de la obra y el volumen de servicios que la contratista desarrolló, Itaipu decidió reforzar los servicios de la consultora, con personales elegidos por la Itaipu, entrando a hacer una fiscalización directa de un tramo de la obra. Es decir, que a partir de agosto de 2012, hasta la fecha, Itaipu tomó prácticamente el 50% de la fiscalización directa del tramo que va desde Caraguatay hasta llegar a la subestación de Villa Hayes”, apuntó.

Enriquecedor

 

El ingeniero Vellacich, al igual que todos los ingenieros, técnicos y empleados que tuvieron participación en el proyecto de la LT500kV, no ocultó su satisfacción por el éxito del emprendimiento. Sostuvo que para él, tanto en lo personal como en lo profesional, este proyecto fue muy enriquecedor.

“Es uno de los desafíos más grandes que tuvimos profesionalmente y así como hubo dificultades, como en cualquier emprendimiento de esta envergadura, creo que los aciertos y el crecimiento profesional que el personal de Itaipu tuvo con esta obra es invaluable. Me atrevería a decir que estamos en condiciones de enfrentar desafíos más grandes. Si el país necesita, estamos en condiciones de enfrentar con mucha más solvencia y en mejores condiciones de lo que hicimos hasta hoy, nuevos desafíos de este tipo”, apuntó.

“Quiero agradecer en nombre del grupo de Fiscales Civiles la confianza y el respaldo brindados a nuestra gestión durante nuestra participación en el Emprendimiento LT500kV”, añadió.

En otro momento, resaltó el trabajo realizado por cada uno de los integrantes de los grupos fiscalizadores, quienes son, según dijo, los que tuvieron la experiencia y la vivencia en el trabajo de campo. Mencionó que las obras se hacen en el campo, y las ejecutan los valientes que acompañan in situ el día a día. Añadió que el acompañamiento desde las oficinas es fundamental, así como la entrega y el sacrificio de nuestros fiscales.

“Para finalizar me gustaría citar un antiguo proverbio que dice: `Las grandes obras las sueñan los genios locos. Las ejecutan los luchadores natos. Las disfrutan los felices cuerdos. Las critican los pesimistas crónicos”, concluyó.