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Energía
Técnicos aplican estrategias para un futuro sustentable desde Itaipu
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19/09/2011

A través de la Comisión Interna de Conservación de Energía (CICE) y los técnicos que la integran, la Itaipu Binacional genera propuestas estratégicas para el combate al desperdicio de energía, con programas y acciones que tienden al uso eficiente de la energía, dentro de sus instalaciones, como también en su área de influencia.

Eficiencia Energética, Desarrollo Sostenible, Calidad de Vida, Conservación de Energía, Acciones Coyunturales, Acciones Normales, son palabras claves en este contexto, según manifiesta Jorge Antonio Flecha, autor de la obra “Eficiencia Energética y Sociedad; relación para un futuro sustentable”, con la co-autoría de Marcelo Miguel, ambos de la Dirección Técnica de la entidad.

El hombre, en su afán tecnológico de satisfacer necesidades y más de las veces, sus caprichos personales, ha interactuado sobre la naturaleza, al punto de ser él mismo el responsable principal de su desequilibrio constante, según la visión expuesta en la obra. El uso eficiente de la energía, podrá en cierta medida, dar al hombre la oportunidad de devolver al medio y al semejante con quien convive, parte de ese bien que en su irracionalidad lo desechó o mal utilizó, conforme fundamenta Flecha.

“Esa conciencia de la eficiencia energética, debe cundir en todos los ámbitos: empresas, órganos públicos, ciudadanos todos, que con su accionar harán una distribución más equitativa de los medios que la naturaleza pone a nuestro alcance, y de la cual somos meros administradores”, aduce.

Mencionó que la Itaipu Binacional ha emprendido un programa fuerte de Combate al Desperdicio de Energía, creando programas y desarrollando acciones que tiendan al uso eficiente de la energía, dentro de sus instalaciones, como también en sus áreas de influencia.

El documento elaborado consigna también que “el planeta tierra, es un gran ser viviente en equilibrio natural; inmerso en un sin fin de procesos de cambios y modificaciones, constantes e inevitables hasta hoy. La energía es su fuente de vida, que podemos hacerla mas llevadera, haciendo que esos cambios y modificaciones se realicen dentro de los parámetros naturales o normales”.

Menciona que existe una degradación energética constante, de niveles que por ahora son aceptables, y que están volviendo los procesos de vida cada vez menos prolongados. El ser humano, forma parte de este fenómeno de vida, y hoy es responsable en gran parte, por los cambios que conspiran contra ella. Esto nos está llevando a la transformación de nuestro medio ambiente, en menos confortable y cada vez menos habitable, según sostiene Flecha.

“La relación del hombre con la naturaleza es tan íntima, que si miráramos en nuestro alrededor y consideráramos el transcurso de la historia de la humanidad, observaremos que tanto los progresos y avances que se han tenido, como las profundas transformaciones que se han producido en ella, están estrechamente ligadas al capricho o al accionar evolutivo del hombre”, expresa en otra parte de sus fundamentaciones.

La mala utilización, el desperdicio y la irracional aplicación de las fuentes energéticas, que la naturaleza nos disponibiliza, contribuyen en gran medida a los desarreglos y desequilibrios de los procesos vitales en nuestro Planeta.

La cultura del derroche, la poca visión de futuro o los grandes intereses económicos, obstaculizaron siempre las iniciativas de corregir el desequilibrio entre los sistemas de producción energética y el entorno natural.

Los costos sociales y medioambientales, asociados a la energía convencional, combustibles fósiles y la energía nuclear, son muy elevados, y la solución está en el uso eficiente de la energía, a través del empleo inteligente y cuidadoso de la misma, y buscando el fundamental protagonismo de las energías renovables.

Un balance dinámico entre las dimensiones ecológicas, sociales y económicas de la calidad de vida, es condición primordial para su sustentabilidad.

En nuestros días, el desenfrenado crecimiento productivo de las grandes empresas, es sinónimo de grandes desperdicios energéticos. Y considerando que la energía, ocupa el eslabón más preocupante en la cadena de costos de sus procesos productivos, las mismas de alguna manera, han venido buscando variados métodos o sistemas, con el fin de conservar energía o combatir su desperdicio, objetivando por sobre todas las cosas competitividad en su producto final.

Uso racional de energía en Itaipu Binacional

Partiendo del principio básico de que, conservar energía no está en dejar de utilizarlo, sino hacerlo en forma racional e inteligente, la Itaipu, aun siendo una empresa generadora y no consumidora de energía, constituye en 1995 la Comisión Interna de Conservación de Energía (CICE), como órgano rector de la aplicación práctica de estos principios, que podemos considerarlo fundamental para la convivencia humana.

Desde entonces se han desarrollado acciones e implementado varios proyectos, contribuyendo así a programas de Conservación de Energía y de Eficiencia Energética.
En sus inicios, el proyecto que dio en llamarse Conservación de Energía en la Itaipu Binacional y que posteriormente fue cambiado a Combate al Desperdicio de Energía.

“Como todas las acciones que involucran el raciocinio, la conciencia personal y otras actitudes comportamentales del ser humano, la creación y la puesta en marcha de los programas del CICE, fueron difíciles, ya por la resistencia natural del individuo a la modificación de su rutina de acción, ya por el desconocimiento de la necesidad mundial de adoptar estos hábitos, como así también al escepticismo que existía en todos los ámbitos, sobre el alcance de estas acciones sobre su día a día”.

La CICE estableció una serie de programas de acciones, que considerando las circunstancias de su aplicación, podrían agruparse en dos tipos: Coyunturales y Normales.

Acciones Coyunturales

Son acciones realizadas en virtud a situaciones emergenciales y ejecutados conforme a procedimientos propios de los mantenimientos periódicos.
Este tipo de acción garantizó la reducción inmediata de en torno a 370.000 kw/h/mes - 40.000 Us$/mes - equivalente a la energización de 1.718 casas populares con un consumo medio de 180 kw/h/mes). Esto es, sin comprometer el proceso de producción de energía.
Dentro de este tipo de acciones fueron ejecutadas las siguientes actividades: Desenergización de luminarias en determinados sectores del Edificio de Producción – Usina Hidroeléctrica de Itaipu (UHI), con los objetivos de evitar probado exceso de iluminación, reducción de carga eléctrica, reducción de carga térmica.

Otras acciones: Desenergización de las luminarias localizadas en las vías de circulación de áreas prioritarias, para reducción de carga eléctrica, ahorro de energía, ahorro de mano de obra de mantenimiento y posibilidad volver más eficiente la iluminación existente. Desenergización de Aire Acondicionado del Edificio de Producción, con la desactivación del AA del hall del Edificio de Producción, resultando en una economía de 18.144 kw/h/mes (101 casas populares) y desactivación del AA del Edificio de Producción a partir de las 17:30 h, resultando en una reducción de 70.418,7 kw/h/mes (391 casas populares).

Acciones normales

Son las ejecutadas siguiendo programas y planificaciones previas, generalmente sometidas a rutinas de mantenimientos periódicos.
Dentro de este criterio fueron ejecutadas las siguientes actividades:

- Campaña de desconexión de iluminación en galerías inferiores de la Casa de Máquinas de la Usina de Itaipu.

- La divulgación mediante carteles indicativos sugiriendo al personal del sector a desconectar las lámparas en áreas donde no están siendo utilizadas. Esto implico en modificación de las instalaciones existentes, de forma a permitir la instalación de luces pilotos en los sectores de mayor riesgo, según observaciones de los Inspectores de Seguridad del Trabajo.

- Substitución de lámparas incandescentes por fluorescentes compactas que derivó en una substancial reducción de la carga eléctrica y del costo en Hxh del mantenimiento del Sistema de Iluminación Normal.

- Substitución de lámparas vapor de mercurio de 400W por las de vapor de sodio de 250W.

- Sustituir lámparas fluorescentes de 40 W y de 20 W por otras de 32 W y 16 W, respectivamente, en el Edificio de Producción (Usina de Itaipu)

Acción en desarrollo

Desenvolver un sistema especializado (software) para el diagnóstico energético, y el uso racional de la energía eléctrica, a través de convenio con la UNIOESTE (Universidad Estadual do Oeste do Paraná)

Numerosas otras acciones figuran la agenda, las cuales ya están totalmente estructuradas, según los informes elaborados por el equipo del CICE, especificados en el trabajo de Jorge Antonio Flecha.

Las conclusiones del mismo se ciñen en que:

- La ciencia, a través de la tecnología, ha dado al hombre una mayor conciencia de su poder, facilitando así el dominio o sometimiento de la naturaleza en mayor grado que en épocas pasadas. Basado en esto, la humanidad pretende alcanzar niveles más altos de cultura, de vida material, de unidad, cuyo objetivo final debiera ser siempre un desarrollo inteligente y sustentable.

- En esta sociedad globalizada, donde los costos en la cadena productiva de cualquier actividad a realizar, priman sobre otras exigencias, es evidente que combatiendo cualquier desperdicio, se mejorarán los lucros finales. Tal es así que, siendo la energía un factor preponderante en el presupuesto, su utilización eficiente y racional debería ser una meta principal en cualquier administración, sea esta social, empresarial o familiar. No obstante, en cualquier evento que involucre reducción o eficiencia del consumo energético, no se puede excluir el factor humano, y su implicancia en la sociedad.

- Es preciso que esa sociedad entre en acción, y tome conciencia de la tremenda inequidad existente entre el avance tecnológico, sinónimo de consumismo energético, y las acciones eco - reguladoras.

- Las acciones que se puedan emprender, redundarán en economías de fuentes naturales y contribuirán a reforzar otras, que en un proceso en cadena, generará un uso más inocuo de la energía.

- Indudablemente a través del uso inteligente y racional que podamos dar a la energía, estamos demostrando sensibilidad humana, ejerciendo nuestra ciudadanía, cumpliendo con nuestra responsabilidad social, y sin lugar a dudas, estamos conduciendo a esa sociedad hacia un mejor vivir.