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Técnicos de Itaipu se involucran en el rescate de urnas funerarias
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14/02/2013
Proceso de descubrimiento de urnas. 

La División de Educación Ambiental (MAPE.CE) de Itaipu coordina los trabajos de prospección arqueológica tras la extracción de las primeras urnas funerarias halladas en diciembre pasado en la comunidad Ka'a Yvaté, barrio San Vicente, de Carapeguá.

Los trabajos comenzaron tras el hallazgo de las primeras cuatro urnas durante la construcción de viviendas sociales, en un predio perteneciente a la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (SENAVITAT), el pasado 16 de diciembre de 2012.

Proceso de descubrimiento de urnas. 

La Secretaría Nacional de Cultura (SNC) había solicitado el apoyo técnico de la División de Educación Ambiental de tal manera a iniciar las prospecciones para la búsqueda de más materiales y otros vestigios que aún pudieran hallarse en el terreno.

Actualmente, un calificado equipo de técnicos de la entidad se halla en pleno proceso de catalogación, datación e inventariado de las piezas, fragmentos cerámicos y restos óseos de las siete urnas extraídas durante las tareas de rescate.

Liz Valdez.

Forman parte del equipo de investigación el ingeniero Derlis Ramoa, el técnico Arnaldo Cabrera, la arqueóloga Mirtha Alfonso y la licenciada María Caballero.

La jefa de la MAPE.CE, Liz Valdez, se mostró satisfecha por el trabajo realizado hasta la fecha por los especialistas.

Aseguró que con este hecho, se da cumplimiento a la misión de Itaipu de rescatar, preservar, valorizar y difundir el patrimonio histórico-cultural del país, a fin de convertirlo en un verdadero instrumento de conocimiento y educación de varias generaciones.

“Estamos muy orgullosos y contentos con los trabajos realizados hasta el momento por los técnicos asignados para el efecto, ya que después de mucho tiempo podemos contar con un equipo trabajando en esta área. Con Itaipu damos respuesta técnica de calidad a las instituciones del Estado, para un fin noble y de alta relevancia como éste”, sostuvo Valdez.

Entre otros puntos, la jefa de MAPE.CE destacó la participación de Mirtha Alfonso, arqueóloga paraguaya, formada en Alemania, en las investigaciones. “Tenemos profesionales de alto nivel. Ella (Alfonso) fue becada por Itaipu a Alemania, es el fruto a largo plazo de la inversión en material humano que la entidad realizó”, añadió.

Trabajo de campo y laboratorio

Las tareas se llevaron a cabo desde el 30 de enero hasta el 2 de febrero, en trabajo conjunto entre la SNC, Itaipu, SENAVITAT y la Municipalidad de Carapeguá.

Arnaldo Cabrera.

Los propios beneficiarios y dueños de las casas a construirse formaron parte del equipo de trabajo, aunando esfuerzos que dieron su fruto al ser localizadas dos urnas funerarias más, en excelente estado de conservación, así como numerosos fragmentos de cerámica de diversos tipos y más restos óseos que contribuirán a dilucidar la historia del sitio y de la ciudad de Carapeguá, sin dejar de lado lo que representa un acontecimiento de esta magnitud para el entendimiento de la cultura nacional.

“Quisiera realzar el trabajo en equipo del grupo”, manifestó el técnico Arnaldo Cabrera. “Uno obtiene un buen resultado cuando se cuenta con gente que tiene la misma afinidad conocimiento y capacidad, no importa de qué institución sea, uniéndose los conocimientos entran en sintonía para obtener los objetivos propuestos”, dijo.

Para museo

Derlis Ramoa.

Por su parte, el ingeniero Derlis Ramoa, responsable de la Acción 3260 “Rescate y Socialización de la Memoria Cultural, Institucional y Regional”, destacó como un logro importante el rescate de la memoria cultural de los pueblos originarios, representadas; en este caso a través de las urnas funerarias.

“Lo que se pretende es que la comunidad de Carapeguá inicie los procesos de formación de un Museo Comunitario, a los efectos de exhibir las piezas y dar lugar a investigaciones y otros tipos de manifestaciones culturales. Desde la División de Educación Ambiental podemos acompañar en la asistencia técnica pertinente”, subrayó.

El equipo de la MAPE.CE aportó su experiencia en la organización de los trabajos de laboratorio (gabinete), consistentes en el análisis, limpieza, inventariado y catalogación de los materiales rescatados durante la campaña, fase que aún está en sus comienzos, dada la gran cantidad y variedad de vestigios.

Cabe destacar, el trabajo pionero de la Itaipú Binacional a través de la División de Educación Ambiental, en la conformación de un equipo profesional multidisciplinario, netamente paraguayo en el área de arqueología, antropología y patrimonio.

Antecedentes históricos del lugar

La comunidad Ka´a Yvate se encuentra localizada a aproximadamente 2 km. del centro histórico de la ciudad de Carapeguá. Está emplazada en una pendiente de altura y el terreno prospectado se encuentra justamente en la zona de bajada de la pendiente desde la cual se puede ver el territorio perteneciente al lago Ypoá.

Según los relatos históricos, a la llegada de los españoles, la zona estaba ocupada por los Carios, parcialidad étnica perteneciente a la familia de los guaraníes. Provenientes de las selvas amazónicas, estos se mantenían en constante movimiento, en busca de tierras fértiles, siguiendo siempre los cauces hídricos. Ante la llegada de los españoles, a partir de 1534, un grupo grande se encontraba asentado en la actual zona de Carapeguá, en el departamento de Paraguarí.

Los guaraníes en general vivían en comunidades no tan extensas, asentados en lugares propicios entre la selva y los cauces hídricos en donde practicaban la siembra de maíz, poroto, mandioca y otros alimentos, además de la caza de animales silvestres. Eran ceramistas, fabricaban vasijas de barro de tamaños variados, a las que daban usos utilitarios, ritualistas y funerarios, según la ocasión.

Los habitantes de lo que hoy es Carapeguá, se negaron a ser evangelizados por los jesuitas, lo que derivó primeramente en tensiones entre los carios y los colonizadores, de la que se tienen registros a través de documentación histórica. El conflicto culminó el 3 de febrero de 1560, cuando los españoles se aliaron con los guaykurúes y se produjo un sangriento enfrentamiento que culminó con la vida de unos 3.000 indígenas.