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El Parque Tecnológico ITAIPU – Paraguay (PTI-PY) propone la creación de una Zona Económica de Bajo Carbono, que permita dar al país una identidad industrial verde, considerando que el mundo se encuentra enmarcado en un proceso de descarbonización, donde el compromiso con el medioambiente lleva a la búsqueda de energías renovables.

La abundante oferta de energía eléctrica y agua que posee el país puede permitir la producción de hidrógeno verde a gran escala. Este se genera a través de un proceso denominado electrólisis, que por medio de corrientes eléctricas separa el hidrógeno (H2) del oxígeno (O), obtenidos del agua (H2O).

Además de posicionarse como uno de los mayores productores de hidrógeno verde del mundo, Paraguay también sería altamente competitivo en cuanto a precio, con aproximadamente 60% inferior al del mercado internacional. “Este potencial ha generado gran interés de empresas globales”, señaló el director ejecutivo del PTI- PY, Ing. José Bogarín.

El directivo manifestó además que, al generar combustible verde, Paraguay podría convertirse en el primer país libre de petróleo y derivados, atrayendo no solamente inversionistas interesados en producción a gran escala, sino también a la industria del conocimiento complementaria, a aquellos proveedores de tecnología de punta en materia de equipamientos y componentes que, aprovechando los incentivos existentes, ya están mirando al país como una opción para invertir.

La primera Zona Económica de Bajo Carbono estaría localizada en la rica región de Alto Paraná, en la península de Tacurú Pucú, Hernandarias, en un territorio próximo a la represa de ITAIPU Binacional. El Consejo de Administración de ITAIPU debe analizar la autorización para el uso de 48 hectáreas del predio de la Entidad para la instalación del condominio empresarial.

Además de las industrias electrointensivas relacionadas con la producción de hidrógeno verde, se apunta a la fabricación de componentes para movilidad eléctrica, motores eléctricos, baterías, paneles solares y eólicos, así como a la industria del conocimiento, con la instalación de empresas de tecnologías emergentes, pudiendo convertirse en el primer polo científico tecnológico industrial de bajo carbono del hemisferio sur.

La reducción radical de carbono que se podría dar en Paraguay, y el impacto a nivel mundial del proyecto, permitirían multiplicar por 10 o 100 el PIB a corto plazo, complementando la fortaleza actual de la producción agrícola-ganadera. Como subproductos del hidrógeno verde, se obtienen oxígeno, fertilizantes verdes (que el Mercosur importa en un 80%), metanol (para transportes) y, principalmente, se podrían producir celdas de combustible de hidrógeno, proyectando la autonomía de motores eléctricos de gran porte.