El Brasil cerró el siglo 20 depositando en basurales a cielo abierto, diariamente, cerca de 59% de las casi 150.000 toneladas de basura colectada, según pesquisa del IBGE (Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística) divulgada el año 2000. En estos lugares, el líquido generado en la descomposición de la basura, el chorreo,  penetra al suelo, contaminando las aguas subterráneas y los ríos; los gases producidos provocan explosiones y fuego, y en algunos casos víctimas fatales. El mal olor se siente desde lejos y los restos de alimentos atraen ratas, moscas, cucarachas y gente, gente pobre que no encontró otra forma de sobrevivir.

En este escenario degradante despuntan los recolectores. En basurales y en las calles, estos trabajadores recolectan el material reciclable para obtener su sustento y trabajan en condiciones adversas y de alto riesgo. La basura nos remite, así, a una clara evidencia de la exclusión social y de degradación humana.

Considerando la importancia de la limpieza pública y del saneamiento en las ciudades de la BP3 y fuera de ella, como el tratamiento de efluentes, el destino final ecológicamente adecuado para los escombros orgánicos, reciclables y materiales inorgánicos, así como la necesidad de concientización de la población, se justificó la implantación de un proyecto piloto en Foz do Iguaçu, que sirvió como ponto de referencia para las administraciones municipales de la región.

Búsqueda de soluciones

Ante este escenario, el Proyecto Colecta Solidaria se basó en la búsqueda de soluciones al problema de la basura y, específicamente, de las personas directamente afectadas por ella –  los recolectores. Para esto, implementó un programa de dirección de residuos para alcanzar las siguientes metas:

- Apoyo a la organización de los recolectores en asociaciones o cooperativas para el trabajo de colecta, clasificación y comercialización de los materiales reciclables;
- Sensibilización de la población para la importancia de la colecta selectiva en los aspectos  sociales y ambientales;
- Rescate de la autoestima y elevación de la renta de recolectores;
- Inclusión social de las familias de recolectores, erradicando el trabajo infantil en la basura, proponiendo a las alcaldías la disponibilización de plazas en guarderías y escuelas, y el registro en programas sociales;
- Formación de sociedades para disponibilización Centros de Separación - barracones equipados con prensas, balanzas y otros medios para almacenar y agregar valor a los materiales colectados por recolectores;
- Inclusión de recolectores en programas de alfabetización existentes en el municipio; y
- Repetición del proyecto de Foz do Iguaçu para los demás municipios de la BP3 y  otras regiones del Brasil.

Comité Gestor

La viabilización de este proyecto se realizó por medio de la formación de un Comité Gestor del cual participan democráticamente representantes de los recolectores, de las alcaldías y otros socios. La formulación y operatividad de convenios también ha garantizado a Itaipú éxito en el apoyo y estímulo a la colecta solidaria.

Todas las metas arriba referidas fueron y son acompañadas por diversos socios que componen el Comité Gestor y que son fundamentales para la buena marcha del proyecto. Dentro de ellos se destacan: Ministerio Público del Trabajo, Alcaldías, la ONG Instituto Basura y Ciudadanía, la Asociación de los Recicladores Ambientales de Foz do Iguaçu (ARAFOZ) y el Movimiento Nacional de los Recolectores de Materiales Reciclables (MNCR). El Comité Gestor es el órgano que posibilita la participación de la sociedad en el proyecto. De el surgen diálogos y salen propuestas de planes de acción (Agenda 21) que se ponen en práctica por los actores involucrados.

Mejora en la renta

El proyecto beneficia a 600 personas, pero tiene la pretensión de aumentar mucho más el número de beneficiados. Recolectores que antes ganaban de 120 a 180 reales pasaron a ganar, por medio del emprendimiento solidario, hasta 700 reales mensuales. Solamente en el municipio de Foz do Iguaçu, son nueve barracones donde los recolectores de la Cooperativa de los Agentes Ambientales de Foz de Iguaçu (COAAFI) recogen más de 240 toneladas de materiales reciclables por mes y alcanzan una renta entre 350 y 500 reales por cooperado.

En el pasado se constató que la mayoría de los recolectores eran obligados a prestar o alquilar el carrito de colecta de los atravesadores, convirtiéndose prácticamente en sus esclavos, lo que motivó el proyecto a fabricar y distribuir gratuitamente a los recolectores su herramienta de trabajo. Otro punto importante fue la distribución de uniformes a los recolectores, pero, sin duda alguna, un paso fundamental en la consolidación del proyecto fue la disponibilidad de Centros de Separación equipados con prensas y balanzas, proporcionando a las cooperativas y asociaciones de recolectores ganancias substanciales.

Hoy, 13 municipios disponen para los recolectores barracones denominados Centros de Separación de Materiales Reciclables. Cabe a los recolectores administrar sus emprendimientos, y algunos de ellos ya cuentan con cursos de capacitación, alfabetización y clases de informática. Por medio de convenio entre Itaipú y el Instituto Basura y Ciudadanía, todos los grupos de recolectores reciben asesoría permanente.

Otros convenios se firmaron, como el establecido entre Itaipú y COAAFI, mediante el cual fueron dispuestos carritos eléctricos para el trabajo de colecta. Este vehículo, testado y alterado con la ayuda de los recolectores, no deja de ser una forma de socializar la energía, tan cara en la actualidad, además de atender a una demanda fundamental de cualquier grupo en vías de identificación socio política: permitir la visión pública de una forma al mismo tiempo afiliada y humana.

Las acciones de un proyecto de esta envergadura ganaron sus propios contornos, con reveces y cambios, propios de un proceso interactivo entre actores diferentes que buscan objetivos comunes. En este recorrido surgió la necesidad de implementar  un convenio mas, con el Movimiento Nacional de los Recolectores de Materiales Reciclables (MNCR), en el que se establecieron nuevas acciones para el fortalecimiento de la organización de los recolectores, abriendo una puerta más para su visión socio política.

Mejora en la calidad de vida y aumento de la renta, por tanto, dejaron de ser sueño y pasaron a formar estadísticas de éxito, elevando el Colecta Solidaria al status de modelo de inclusión social de recolectores para todo el país.

Son positivos todos los relatos llegados de los municipios de la BP3, destacándose la elevación de la autoestima de estos profesionales, antes marginados y despreciados por la sociedad. Hoy, cuentan con el reconocimiento de la importancia de su trabajo para el medio ambiente y están asumiendo la condición de emprendedores, decidiendo los rumbos del propio negocio, haciéndose, así, agentes de desarrollo de sus municipios.