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Energía
Biocombustible no compite con alimentos
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21/05/2008

El posible conflicto entre la producción de alimentos y la generación de combustibles renovables – argumento utilizado para atacar las investigaciones brasileñas con el biodiesel – fue impetuosamente negado durante la mesa redonda que tuvo como tema “Bioenergía – Biocombustibles como alternativa viable para combustibles fósiles”, realizada el martes por la tarde. El debate formó parte de la programación del Foro Global de Energías Renovables, que prosigue hoy en el Hotel Bourbon Cataratas, en Foz do Iguaçu.

 

Para el moderador de la discusión, João José de Nora Souto, secretario de Petróleo, Gas Natural y Combustibles Renovables del Ministerio de Minas y Energía, al contrario de lo que afirman los críticos, la plantación de mamona, dendê, girasol y algodón (algunas de las principales materias primas del biodiesel) no compite con la producción de alimentos. Según Souto, ejemplo de eso será dado en breve, cuando Brasil aumente su demanda por biodiesel. “A partir del segundo semestre de este año, el diesel derivado del petróleo tendrá la inclusión obligatoria del 3% de biodiesel. En nuestro territorio, solamente el 0,6% de toda el área disponible para agricultura será utilizado para atender a esta demanda”, afirmó.

 

Muchos de los diagnósticos y de las conclusiones fueron amparados en previsiones. Dan Arvizu, director del Laboratorio Nacional de Energía Renovable (sigla en inglés NREL), de los Estados Unidos, dijo que “del 2005 al 2030 habrá, en el planeta, un aumento del 55% en el consumo de energía.” Un cuadro que, ante el aumento del precio del petróleo, exige el desarrollo de la bioenergía. “Pero eso no será posible sin la aproximación e integración entre tecnología, mercado y política”, evaluó. La estimativa de José Turbino, que habló en nombre de José Graziano da Silva, representante para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y Agricultura (FAO), es optimista. “Dentro de 20 años, los biocombustibles deben atender al 25% de la demanda global”, prevé.

 

Beneficios ambientales y sociales

 

Además de las ganancias ambientales proporcionadas por el combustible que se puede renovar, también fueron destacados los beneficios sociales. Principalmente por el presidente de la Asociación de Productores de Biocombustibles de Zambia, Thomson Sinkala, y por el coordinador nacional para el Desarrollo Sostenible de Biocombustibles de Colombia, Arturo Infante. “Vivimos, en nuestro país, un conflicto interno bastante peculiar. Los biocombustibles tendrán un rol fundamental cuando este problema sea resuelto”, dijo el colombiano. “Es un combustible social que mueve el cambio climático”, evaluó el director del Departamento de Combustibles Renovables del Ministerio de Minas y Energía, Ricardo Dornelles.

 

Sin rodeos, Dornelles fue directo al centro de la cuestión. “El biocombustible es la mejor alternativa al fósil porque promueve la diversidad de la matriz energética; favorece la seguridad alimentaria al desarrollar la agricultura y generar renta de modo sostenible en el campo; incentiva el desarrollo económico regional y nacional y alivia los efectos de los cambios climáticos”, afirmó.

 

Una vez más Brasil fue elevado a la condición de modelo para el incentivo de la bioenergía. Dornelles apuntó los ejemplos practicados en el País, en los que “diez ensambladoras multinacionales producen casi 100 modelos diferentes de vehículos con tecnología flex-fuel.” Recordar el Proalcohol también fue inevitable. “Aproximadamente 1,2 mil millones de barriles de petróleo fueron ahorrados en Brasil, en función de la utilización del alcohol en los últimos 30 años”, recordó Souto. La mesa redonda contó también con la participación de Helena Chum, investigadora de la NREL.

 

        Carlos Cristo

   Ubirajara Meira

        Esther Mfugate

  Marcelina Mataveia

  Pradeep Monga

  Arnaldo Walter

  Ubirajara Meira

  Ricardo de Gusmão      Dornelles


Telmo Gabarain
Astorqui

  Semilda Silveira 

 

  Dan Arvizu