Este sábado, 10 de julio, la reserva natural Yvyty Rokái cumple 13 años de existencia, albergando una importante diversidad de fauna y flora del Paraguay. Un día como hoy, pero del 2008, fue creada como refugio biológico por el Directorio Ejecutivo de ITAIPU y hace cuatro años, vía decreto, el Poder Ejecutivo reconoció oficialmente a esta área protegida de la Binacional como una reserva natural.
Este santuario natural cuenta con una superficie total de 4.864 hectáreas y forma parte de las ocho reservas que componen el Sistema de Áreas Protegidas de ITAIPU. Yvyty Rokái se encuentra en el distrito de Mbaracayú, departamento de Alto Paraná, a aproximadamente 100 kilómetros de la central hidroeléctrica.
El nombre con el que fue bautizada esta reserva guarda estrecha relación con las características topográficas del terreno donde está asentada, en el que predominan las ondulaciones. Etimológicamente, significa “recinto rodeado de cerros” y la palabra proviene de una tribu indígena denominada Paranaé o Guayakí del Sur, que habitaba esa zona.
La reserva de Yvyty Rokái tiene bajo su tutela una importante serie de objetos de conservación, entre los que se destacan el Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAPA), la yerba mate (Ilex paraguariensis), el ecosistema “Cerrado” y las especies cinegéticas. Estas últimas son aquellas que están amenazadas por la cacería furtiva en Paraguay, como el tatu hu (Dasypus novemcinstus), el ka’i (Sapajus cay), el akutipo’i (Dasyprocta azarae), la pava del monte (Penelope spp.) y el ynambu (Chrypturellus spp).
El ecosistema “Cerrado” abarca unas 70 hectáreas de la reserva y tiene una gran importancia dentro la riqueza natural paraguaya, por su valor científico y por ser poco conocido. En la cuenca del río Paraguay es común encontrar este ecosistema, pero no en la cuenca del río Paraná, que se caracteriza por bosques húmedos y altos, tipo BAAPA.
Recientemente, fueron registradas 19 nuevas especies dentro de la reserva, lo que se constituye en un hecho bastante alentador para la fauna regional. Entre estos especímenes figuran las aves chacurú chico (Nonnula rubecula), chacurú grande (Notharchus swainsoni) y el pato enmascarado (Nomonyx Dominicus). Además, es importante recalcar que Yvyty Rokái tiene una relevancia cultural por los sitios arqueológicos que se encuentran dentro de la reserva y parte de los restos encontrados pueden ser apreciados en el Museo de ITAIPU Tierra Guaraní.
No obstante, el valor estratégico de esta reserva natural no se limita solo a la rica biodiversidad que conserva. Así como las demás áreas protegidas de ITAIPU, uno de sus principales objetivos es ser guardiana del embalse de la central hidroeléctrica, cuidando la calidad y cantidad del agua, insumo fundamental para la producción de energía eléctrica limpia y renovable.
Actualmente, a través del proyecto ITAIPU Preserva, impulsado por la Superintendencia de Gestión Ambiental, están siendo reforestadas 11 parcelas, las cuales suman una superficie de 282,5 hectáreas y representan el 13% del área total de este santuario.
Las otras reservas naturales que forman las áreas protegidas de la Entidad son Limoy (22.529 hectáreas), Itabo (18.293), Pozuelo (5.521), Carapã (4.382), Tatí Yupí (3.866) y Pikyry (2.866). Por su parte, el Refugio Biológico Mbaracayú tiene 1.356 hectáreas. Todos estos ecosistemas, sumada la franja de protección del embalse, equivalen a 87.000 hectáreas. Si se añaden las áreas protegidas de la Margen Izquierda, en total son 120.000 las hectáreas de áreas verdes custodiadas por ITAIPU.