En una entrega más de la serie de historias de superación personal protagonizadas por becarios del Programa de Becas de ITAIPU Binacional, gestionado por la Asesoría de Responsabilidad Social, presentamos la experiencia académica de Fátima Cardozo. Ella tiene 23 años y es del distrito de Guajayvi, departamento de San Pedro.
Con esfuerzo y dedicación la joven consiguió culminar con excelentes calificaciones la Licenciatura en Enfermería en la Universidad Técnica de Comercialización y Desarrollo UTCD, sede San Estanislao. Este logro fue un verdadero motivo de orgullo personal y de toda su familia, especialmente por lo que representa la profesión, de tanta trascendencia en el sistema sanitario y, de manera especial, por lo que significó durante la pandemia del coronavirus.
La sampedrana consiguió una beca de ITAIPU en la convocatoria 2018, y a partir de ese momento asumió como el mayor reto de su vida la misión de mantener su puntaje para ir renovando la ayuda académica a lo largo de los años de su carrera universitaria.
En una entrevista para el Diario ITAIPU Electrónico (DIE), la flamante enfermera dijo que para ella, el haber obtenido la beca fue una bendición y un regalo por tantos años de entrega a los estudios. “Durante toda la vida escolar me esmeré y siempre quise estudiar una carrera universitaria”, señaló.
Comentó que antes de ingresar a la universidad fue bendecida con la maternidad. Según comentó Fátima, al quedar embarazada muy joven pensó que no iba a poder seguir con el sueño de ser enfermera. “Mi familia, de escasos recursos, no iba a poder solventar los gastos. Tampoco iba a poder trabajar porque mi bebé era muy pequeño. Pero después, por gracia de Dios, me informaron sobre la beca y me preparé y pasé el examen”, relató con mucha emoción.
Afirmó que siempre estará agradecida con ITAIPU y la Unidad de Becas por el acompañamiento integral que le brindaron.
Entre las actividades que le producen mucha satisfacción, Fátima enfatizó en el servicio a la gente más necesitada y recordó una reciente iniciativa solidaria organizada para los niños de su barrio, donde le cupo repartir golosinas y otros comestibles.
“Disfruté de cada momento de mi carrera, para mí es una bendición haber podido estudiar; nunca decaí a pesar de las dificultades”, precisó. Aconsejó a los becarios activos a esmerarse siempre en los estudios y a retribuir a la sociedad desde el lugar donde les toque, por haber sido afortunados becarios de ITAIPU.