El 20 de octubre de 1978 tuvo lugar la histórica explosión para la apertura del canal de desvío de la Central Hidroeléctrica ITAIPU (CHI) en la zona de obras. Esto permitió secar un trecho del lecho original del río para que allí fuese construida la presa principal de hormigón y hacer realidad una de las siete maravillas de la ingeniería del mundo moderno.
Para la demolición de la estructura en pequeños fragmentos, previamente se realizaron pruebas de voladura de fuego en varios bloques grandes de hormigón para comparar técnicas alternativas. El libro “Itaipú – Central Hidroeléctrica – Aspectos de Ingeniería”, elaborado por la Dirección Técnica de la Binacional, señala que se adoptó finalmente la que presentaba mayor probabilidad de que pequeños fragmentos de escombros de demolición cayeran en las trincheras (trampas de rocas) o se extendieran sobre el lecho del canal sin formar pilotes obstructivos.

La carga explosiva se colocó en agujeros casi verticales que se extendían desde la cresta del arco hasta su base. La hilera principal de hoyos, espaciados 0,50 metros entre sí, se ubicó a cierta distancia aguas arriba de la línea central del arco, con orificios verticales e inclinados alternados. La carga específica de explosivos utilizada fue de 1,8 kg de dinamita por metro cúbico (kg/m3) para el arco de aguas arriba y de 2,2 kg/m3 para el de aguas abajo, debido a que este último soportaba un mayor empuje de agua.
El arco de aguas arriba llevó una carga de 33.000 kg de explosivos distribuidos en 244 pozos y el de aguas abajo recibió 22.000 kg en 190 pozos. Se utilizaron explosivos para voladuras de uso subacuático porque la carga de los pozos se realizó 10 días antes de la fecha indicada y la mayoría de los pozos se llenaron de agua.

Los datos históricos indican que el 20 de octubre de 1978, las dos ataguías arqueadas fueron demolidas por explosiones simultáneas. Su demolición tomó 3 segundos y la explosión comenzó desde el centro de los arcos, que pronto se extendió a las vigas. Se volaron grupos de 3 orificios a intervalos de 20 milisegundos (milímetros por segundo, mm/s), mejorando así la fragmentación, reduciendo la expulsión de fragmentos y minimizando la intensidad de las vibraciones causadas por la explosión.
El avance y encuentro de los dos frentes de onda fueron registrados por varias cámaras de película. Los sismógrafos en la estructura de control de deflexión registraron una velocidad de vibración máxima de 20 mm/s. Todas las observaciones indicaron que el desvío del río Paraná hacia el canal de derivación se realizó sin incidentes imprevistos. Estudios posteriores del lecho del río mostraron que la mayoría de los escombros de la demolición se depositaron dentro de las trincheras.
El canal de desvío
La excavación de rocas en el canal de derivación estaba programada para comenzar en enero de 1976 y completarse en 32 meses. Para fines de planificación, el canal se dividió en tres secciones para excavación en seco y dos áreas para excavación sumergida en ambos extremos.
La apertura del canal, de 2 km de extensión, 150 metros de ancho y 90 de profundidad, se logró mediante la demolición simultánea de las ataguías (diques temporales) con el uso de explosivos (algunas fuentes mencionan «gigantescas implosiones»). Fue un espectáculo presenciado por más de 30,000 obreros y autoridades de ambos países.