En el marco de su política de responsabilidad social, ITAIPU Binacional, en conjunto con la Fundación Solidaridad, llevó adelante la Misión N° 51/140 en el departamento de Concepción. Durante la jornada fueron evaluadas 43 personas y, de esa cantidad, 29 recibieron sillas de ruedas básicas, 2 accedieron a sillas especiales adaptadas y 12 fueron asistidas con otras ayudas técnicas. Además, se capacitó a 86 personas para el uso correcto y seguro de los dispositivos entregados.
Uno de los testimonios más emotivos fue el de una pobladora de Concepción, quien llegó al lugar acompañando a su abuela, con la esperanza de obtener una silla de ruedas. “Le traje a mi abuelita y ojalá que muy pronto ella ya pueda tener su silla. Hace rato que estamos procurando en otros lugares. Ahora, gracias a ITAIPU, nos dijeron que mañana ya vamos a tenerle su silla de ruedas”, expresó.

También fue beneficiado Víctor Vidal Villasanti, técnico de las selecciones formativas de fútbol de la ciudad, quien también recibió una silla para facilitar su movilidad y continuidad laboral. “Quiero agradecer a la gente de ITAIPU por haber venido a nuestra ciudad a donar estas sillas de ruedas que nos hace de mucho provecho”, manifestó.
Rogelio Sallaberry, asesor de Responsabilidad Social de la Binacional, resaltó que este proyecto representa mucho más que la simple entrega de equipos. “Cada dispositivo es una herramienta transformadora que devuelve independencia y dignidad a personas que enfrentan desafíos de movilidad en su día a día”, resaltó.

La Misión 51 se suma a otras intervenciones similares realizadas recientemente. Como antecedente, se destaca la misión desarrollada en San Juan Nepomuceno, departamento de Caazapá, donde fueron evaluadas 42 personas, se entregaron 31 sillas de ruedas convencionales, 3 sillas especiales y 11 ayudas técnicas. Asimismo, 87 ciudadanos fueron entrenados para el uso de los equipos.
En esa ocasión, se compartieron historias inspiradoras como la de María Estela Chamorro, docente que recibió una silla adaptada para continuar con su labor educativa; y la de Éver González, joven estudiante universitario que valoró el impacto del nuevo dispositivo en su vida académica y social.

«Con esta silla podré asistir a la facultad con mayor facilidad, pero también me permitirá socializar y salir con mis amigos, algo fundamental para despejar la mente», señaló el estudiante.