Autoridades de la aviación de Paraguay y Uruguay realizaron una visita técnica a la Central Hidroeléctrica ITAIPU (CHI). El objetivo fue conocer de cerca una de las represas más grandes del mundo en generación de energía y su importancia para el desarrollo regional.
La comitiva estuvo integrada por el Gral. Roberto José Idoyaga Benítez, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea de Paraguay (FAP); Fernando Colina Alsinet, brigadier aviador de la Fuerza Aérea Uruguaya y jefe de Estado Mayor; Cnel., Dcem Marcelino Mariño Marecos; Mayor Dcem Mario Luis Hermosilla Carballo; Cnel. (Nav.) Fernando Morencio; Tte. Cnel. (Nav) Sebastián Carlevaro Pizzo; Mayor (Av) Andrés Velázquez, entre otros.
El recorrido comenzó en el mirador de la Margen Derecha de la represa, donde técnicos y guías de la Binacional brindaron detalles sobre el funcionamiento de la usina. Destacaron su relevancia para el turismo y el crecimiento económico de ambas naciones.
Seguidamente, la comitiva llegó hasta la Sala de Despacho de Cargas (SDC) de la hidroeléctrica, ubicada en el Edificio de Producción. Además, visitaron la Sala de Control Central (CCR), considerada como el “corazón” de la usina. El recorrido concluyó en el lecho seco del río Paraná (Cota 40) y en la zona donde se encuentran los conductos forzados.
El Gral. Idoyaga Benítez expresó su entusiasmo por mostrar a sus colegas uruguayos la ingeniería detrás de la represa. "Estamos muy contentos de poder mostrar que Paraguay es un país que produce mucha energía limpia, y que a través de esta represa cuida el ambiente, lo cual es muy importante", afirmó.
Por su parte, el brigadier aviador Colina Alsinet destacó la importancia de generar energía sustentable y el compromiso con la protección del medio ambiente. "Es un orgullo para países como Brasil y Paraguay generar energía limpia y renovable, permitiendo a las fábricas e industrias trabajar y ofreciendo a la población las herramientas para cumplir con las metas de cuidado ambiental", señaló.
Esta visita técnica resalta la importancia de ITAIPU, no solo como fuente de energía, sino también como un ejemplo de cooperación regional y compromiso ambiental. La represa sigue siendo un símbolo de desarrollo sostenible y progreso para Paraguay y Brasil.