En el corazón verde de la Reserva Natural Itabo, donde la naturaleza se conserva en su estado más puro, surge una historia de armonía y sostenibilidad. Es aquí, junto a una de las áreas silvestres protegidas de ITAIPU, donde Elbio Querino Pereira y Leonira Dallabrida han establecido una granja familiar que se destaca por su respeto y cuidado del entorno natural. Esta unidad de producción, situada en el territorio de la Reserva de Biósfera ITAIPU (RBI), opera bajo prácticas sostenibles que reflejan un profundo compromiso con la conservación.
Querino Pereira, conocido en la zona como Gaucho, llegó de la región de Río Grande do Sul el 5 de septiembre de 1985 y se instaló en esta área con su familia. Desde entonces, han vivido como pequeños productores, dedicándose a la producción de queso, huevos, pollos y terneros; los cuales venden periódicamente. Además, cultivan verduras, realizan artesanías y diversifican sus actividades para mantener la sostenibilidad de su granja.
Los productos de la granja son naturales y, en su mayoría, destinados al consumo propio. El excedente se comercializa a la comunidad local. La producción incluye miel, obtenida sin degradar el entorno natural, gracias a las abejas que polinizan la flora de la reserva. Este método de producción sostenible refleja el compromiso con el medio ambiente. "Disfruto de la reserva sin degradar nada. Las abejas traen la miel para mí, y no degrado nada", afirmó Pereira.
La familia Pereira también produce y comercializa hortalizas como lechuga. La mayor parte de sus productos se vende directamente desde su hogar, aunque también realizan entregas a pedido. Pereira agradeció el apoyo constante de la Binacional, destacando que funcionarios de la Entidad prioriza la compra de sus productos, lo que ha sido fundamental para su éxito. "Siempre agradezco al personal de ITAIPU. Nos incentivan y nos apoyan en nuestras actividades", señaló.
La granja se beneficia del entorno protegido de la reserva, que proporciona aire puro y un refugio contra la contaminación de los agroquímicos utilizados en la agricultura industrial. Pereira destacó la importancia de la reserva para su trabajo y expresó su gratitud por el entorno natural que les permite llevar una vida sostenible y saludable. "Gracias a la reserva, todavía podemos estar acá. Tenemos un privilegio enorme", puntualizó.
Esta historia de compromiso con la naturaleza y la producción sostenible es un ejemplo inspirador de cómo las prácticas agrícolas responsables pueden coexistir con la conservación del medio ambiente, lo que beneficia tanto a las familias como a la comunidad y al ecosistema en general.