El rompimiento de una represa de residuos de minería en Minas Gerais, en el mes de noviembre, ha retomado las discusiones sobre la seguridad de ese tipo de estructura en el país, que suman cerca de 15 mil, de acuerdo con la Agencia Nacional de las Aguas (ANA). En el caso de Itaipu, ese tema es particularmente relevante por tratarse de una de las mayores represas del mundo; las ciudades de Foz do Iguaçu y Ciudad del Este estén localizadas en los márgenes del Rio Paraná, a algunos kilómetros abajo de la usina; y el hecho del reservatorio, aunque bajo algunas limitaciones, tener papel de administración de las llenas del río.

En el desarrollo de sus actividades, Itaipu lleva en consideración el principio de la precaución que es aplicable a un único riesgo ambiental irreversible: el comprometimiento de la seguridad física de la represa de la usina. A pesar de ser improbable, la empresa es referencia mundial en el tema y tuvo actuación destacada en la creación de la ley 12.334/2010, que establece la Política Nacional de Seguridad de Represas, y de sus reglamentaciones, que definen una serie de mecanismos e instrumentos que son adoptados voluntariamente por Itaipu. La usina también participa activamente del Comité Brasileño de Grandes Represas (CBDB) y de la Comisión Internacional de Grandes Represas (ICOLD).

La seguridad de la represa es asegurada por medio de un programa de vigilancia y mantenimiento abarcador, bajo la responsabilidad de las Superintendencias de Obras, Ingeniería, Mantenimiento y Operación. La usina mantiene un banco de datos con más de 30 años de lecturas de instrumentación y todos los dibujos técnicos fueron digitalizados, para permitir acceso rápido a las informaciones. Cuando posibles problemas son identificados, estudios adicionales son acarreados, instrumentación es agregada, y/o protocolos de mantenimiento son modificados.

La entidad cuenta con más de 2.792 instrumentos para acompañar el comportamiento de las estructuras de hormigón y de la fundación de sus represas, además de 5.295 drenos para detectar aumento de flujo.

Los instrumentos más importantes (cerca del 10% del total) son monitorizados en línea y cuentan con un sistema de alerta que cuando son detectadas anormalidades, profesionales expertos son avisados para tomar las medidas necesarias. Los demás instrumentos son leídos manualmente en una programación diaria y en inspecciones visuales periódicas.

El área alrededor del reservatorio cuenta con monitoreo sísmico desde 1978, realizado por siete estaciones instaladas, y los resultados son analizados con el apoyo de la Universidad de Brasília. El acompañamiento confirmó que el área tiene baja sismicidad natural y ningún movimiento inducido por el reservatorio fue detectado.

Otra manera de monitoreo es el hidrológico, realizado por extensa red de estaciones hidrometeorológicas. Lo objetivo es monitorizar el flujo de agua en varios puntos del Rio Paraná y de sus principales afluentes a montante del reservatorio, de modo a traer mayor previsibilidad, con razonable antecedencia a los flujos afluentes a Itaipu, resultando en mejor administración del nivel del reservatorio y, por consecuencia, en la seguridad de la represa, en el administración de eventuales llenas y en la planificación y optimización de la producción de energía.

Creado en 1975, el Board es un grupo formado por expertos de diferentes países, con notable conocimiento en ingeniería de grandes represas, contratado por Itaipu para analizar el desempeño y contrastar el grado de seguridad de toda la estructura de la usina - especialmente de la represa, por medio de inspecciones técnicas y análisis de los datos emitidos por los empleados. Frecuente durante las obras, la consultoría pasó a ocurrir cada cuatro años, y los profesionales se ponen disponibles para asesoramiento a cualquier momento.

La última evaluación ocurrió en noviembre de 2014 y el grupo constató que el desempeño de la seguridad de la usina continúa a ser excelente, pasados 32 años del primer relleno del reservatorio. Las recomendaciones realizadas por los consultores son implantadas siguiendo un calendario, siendo que varias de ellas ya fueron atendidas en 2015, como por ejemplo la ejecución de una inspección visual en la represa utilizando un moderno sistema para el captura robotizada de imágenes digitales, incorporando tecnologías de punta al actual sistema de monitoreo de Itaipu.

Itaipu posee grupos gestores binacionales del Plan de Acción de Emergencia (PAE), responsables de elaborar y mantener actualizados los planes de acción para las contingencias identificadas, coordinar los simulados realizados de acuerdo con un plan anual y entrenamientos para los profesionales afectados en determinada situación de emergencia. Los prestadores de servicios de empresas subcontratadas participan de los simulados y de exposiciones sobre seguridad en el inicio de la prestación de los servicios.

Itaipu sirve como modelo para otras empresas hidroeléctricas brasileñas. Representantes de la Compañía Hidro Eléctrica del São Francisco (Chesf), por ejemplo, ya visitaron la binacional para aprender sobre sus planes de acción de emergencia. La empresa cuenta con una brigada de incendio compuesta por 48 empleados, que ocasionalmente contesta a emergencias en comunidades vecinas ya que en Paraguay, apenas la capital Asunción y Itaipu tienen brigadas profesionales, mientras todas las otras son voluntarias. La brigada de Foz do Iguaçu fue invitada a conocer la planta de la usina para estar familiarizada, caso ocurra una emergencia que demande el apoyo de bomberos municipales.

En el año fueron registrados dos casos de barcos desconocidos que entraron en el área de seguridad del reservatorio, provocando acción de interceptación conjunta por la Marina de Brasil, Policía Federal y Seguridad Corporativa.

• Comisión Gerencial Permanente: coordina los trabajos de los grupos.
• Grupo de Análisis Técnico: establece la necesidad de elaboración de un nuevo plan.
• Grupo de Administración de Simulados: promueve y analiza sistemáticamente los ejercicios simulados.
• Grupo de Análisis de Contingencias: nueve subgrupos elaboran y mantienen actualizados los planes.

Por ser una usina a la filo d'agua, o sea, sin capacidad sensible de variación de la cuota de su reservatorio, Itaipu tiene reducida capacidad de amortecimiento de las llenas, que de ese modo son propagadas aguas abajo, siguiendo su curso natural a lo largo del Rio Paraná. La empresa mantiene una Comisión de Llena para monitorizar la situación con base en la afluencia del agua que recibe de las hidroeléctricas arriba y lluvias localizadas sobre el reservatorio de Itaipu y en su bacía de contribución.

Esa comisión, entre otras atribuciones, es responsable de informar, con el máximo de antecedencia posible, los sectores responsables por la divulgación de las situaciones hidrológicas para los organismos responsables en Brasil y en Paraguay, especialmente Defensa Civil, para ser efectuada evacuación de algunas áreas bajas, si necesario.

Hubo dos eventos de llena en el año de 2015. El primero ocurrió en el mes de julio, resultando en la emisión de 13 boletines de alerta hidrológico para las instituciones que prestan ayuda a las poblaciones riberas, incluyendo la Defensa Civil de los dos países. En noviembre de 2015, hubo una nueva llena, más persistente, que desandó apenas al final de marzo de 2016. Llovió mucho tanto a montante (arriba) en cuanto abajo de la usina, aumentando el nivel del Rio Iguaçu, donde se están las Cataratas, y del Rio Paraná, donde está localizada Itaipu. Los tres canales del aliviadero fueron abiertos - lo que no acontecía hace cuatro años. Fueron emitidos 72 boletines de alerta hidrológico.

En los dos episodios hubo necesidad de evacuación de moradores del barrio San Rafael, localizado en Paraguay, siendo 5 familias durante la llena de julio y 62 en el mes de noviembre. En Brasil, apenas la instalación portuaria en el barrio Porto Meira fue afectada.